Ese Momento Martini...¿Huele a Primavera?

"La Primavera ha venido.

Nadie sabe cómo ha sido..."

Antonio Machado

Hombre, decir que ya ha llegado la primavera sería pelín exagerado, pero la verdad es que con los días de frío que hemos pasado, en cuanto sale un rayito de sol y suben 5 grados las temperaturas, quien más y quien menos sueña que esa maravillosa estación está a la vuelta de la esquina...

Así que vamos a hablar hoy de un menú digamos que de transición, vamos a preparar unas lentejitas pero en ensalada...ricas ricas...y nos vamos a saltar el segundo en favor de un postre que os va a llevar al cielo, y si no, ya me lo contaréis...

Ensalada de lentejas con jamón ibérico al aroma de menta

Pastel de cuajada

Bien, para la ensalada de lentejas estaría bien disponer de una buena cantidad de esta legumbre ya cocida, la variedad pardina es perfecta, pequeña y tierna. Yo la suelo comprar ya cocida en el club del gourmet del corte inglés o similar ( como las preparo poquito, me doy el lujo), pero vaya con que sea una buena lenteja vale ( no, no hay que hacer un máster de legumbres hoy, no)...

Le añadimos tomate cortado pequeñito, jamón ibérico también a trocitos y menta fresca muy picada. Si os encanta la cebolla podéis añadírsela también. A mí me sienta fatal, así que ni lo pruebo....

La aliñáis con una vinagreta hecha con sal, aceite de oliva y vinagre balsámico de módena (sin pasaros, para que no tape el sabor del jamón y la menta)... y el resultado es sencillamente delicioso...y ligerito...

Si os apetece la podéis servir fría o templadita, ¡también buenísima!

Y vamos a por la tarta de cuajada, herencia de mi ex-familia política (veis, si de todo se saca algo bueno...). La verdad es que es el plato del que he visto hacer más boca-oreja de todos los que conozco...ains se me hace la boca agua solo de pensar en ella...

En fin, lo que vamos a hacer primero es la base de la tarta. Es fácil: un paquete de galletas maría de las de toda la vida

(hay quien la hace con Digestive, o con otro tipo de galletas, para gustos los colores...)...Bien, metemos las galletas en la picadora y las trituramos. Si no tenéis picadora, las metéis dentro de una bolsa de plástico y les pasáis un rodillo por encima, pero vaya, el resultado no es el mismo y quien os vea con el rodillo dándole una paliza a una bolsica de plástico...en fin...

Mezclamos las galletas trituradas con tres cucharadas de mantequilla blandita y una o dos cucharadas de agua para que ligue mejor...y cuando tengáis una masa más o menos ligada, no tiene que estarlo del todo...la disponéis en la base de un molde desmontable y la reserváis.

Para la tarta necesitáis: 

2 cucharadas de azúcar

2 vasos de leche

2 vasos de nata líquida

2 sobres de cuajada en  polvo

(es fácil, la regla del 2)

Diluís el azúcar y la cuajada en medio vaso de leche algo caliente para facilitar la dilución y ponéis una olla al fuego con esta mezcla y el resto de la leche y la nata líquida. No dejéis de remover porque la cuajada formará grumos si lo hacéis, pero en unos 5 minutos, la mezcla querrá hervir, retiráis del fuego para que no rompa el hervor y lo repetís otra vez (fuego y cuando empiece a subir lo retiráis). 

Con un cucharón pasáis la mezcla al molde (con mucho cuidado, porque al estar caliente, si lo hacéis bruscamente, saltará la base). De ahí a la nevera un mínimo de 6 horas y al servirla, mermelada al gusto por encima (si os gustan los contrastes, la fruta del bosque natural o las mermeladas de cítricos, le rompen el dulce y está deliciosa)...

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Os aseguro que esta vez no os hacen la ola, chupan hasta el cuchillo, que es mejor...y preparaos, porque os pedirán la receta sí o sí...¡Es tan ligera, que hace que sea el postre perfecto en muchas ocasiones!

Disfrutad...

Y por Dios, tomaos el Martini....que os lo merecéis...

*foto del blog antarespiluki